Luego, al final de su vida útil, fue retirado a un cobertizo donde permaneció durante años, acumulando óxido y polvo. Al igual que muchas piezas de equipos antiguos, parecía que este esparcidor estaba condenado a caer en el olvido, quizá acabando en un desguace o en una planta de reciclaje.
Pero entonces, hace unos 9 años, ¡fue encontrado de nuevo! Considerado ahora una antigüedad y un poco descuidado, no podría volver a utilizarse como una pieza de equipo funcional. En lugar de ello, fue donado de nuevo a Swenson, donde fue reacondicionado con piezas nuevas y un acabado de pintura en polvo totalmente nuevo en ese icónico naranja de Swenson.
El esparcidor está ahora orgullosamente expuesto en la sala de exposiciones de la planta de fabricación de Swenson, e incluso apareció en un desfile local de Lindenwood en el momento de su renovación. Nos alegramos de que este pequeño trozo de historia haya encontrado una nueva vida y un final feliz, ¡y de que pueda ser disfrutado por todos los que visitan Swenson!